Skip to content

Samanta González

Cuándo me enteré de mi embarazo comencé a averiguar x obstetras respetuosos, confiables, sinceros, y tooodoooo lo que una busca para ese momento tan especial.
Me quedé con 3 nombres, y fui a ver a Emiliano cómo primera opción…y última. Salí del consultorio con mi pareja y dije: «listo, me quedo acá» ( intuición, confianza, o como se le llame).
Mi FPP era 27/12, por lo que hasta ese dia pensé, » cuchillo directo, cualquier médico me manda a cesárea…nadie va a querer arruinarse las fiestas con un parto».
Claramente cuando conocí a Emiliano, supe que no iba a ser así, y no me equivoqué.
El embarazo fue perfecto, sin molestias, sin náuseas, sin dolores, hasta que los últimos meses mi presión era más alta de lo esperado, así que me derivó con una cardióloga especialista en embarazadas para comenzar con una medicación suave. Ella un amor, super dedicada y presente.
Por mi presión, a medida que pasaban las semanas, en los controles Emi me adelantaba que para no correr riesgos, quizás íbamos a tener que adelantar el parto algunas semanas, aunque siempre su idea fue esperar a que Tomy nazca cuando el quiera.
Los controles eran más seguidos, los mensajitos de WhatsApp estaban presentes luego de cada estudio, eco y monitoreo.
Me sentí tranquila, segura, en buenas manos.
Y así fueron pasando las semanas. Cada vez que iba a verlo, miraba los estudios y decía » Tomy está perfecto, vos estás bien…esperemos una semanita más. No nos apuremos sin sentido».
En la semana 39 fui a hacerme un monitoreo y rompí bolsa ahí mismo.
Marcela, quien me hacía las ecos siempre (un amor de persona), enseguida llamó a Emiliano y él se contactó conmigo y me dijo » venite a la Fino que estoy acá. Ya te internas» todo con humor, tranquilidad y así me fui caminando hasta la clínica.
Bolsa rota, dilatación dos…a esperar…
Esperamos, esperamos y nada. Así que con una ayuda, empezó la dilatación.
Vino Anahí, una dulce total, y cada una hora me venía a ver alternándose con Emi.
En fin, después de varias horas pasamos a sala de parto y ahí nos quedamos varias horas más.
Tomy no quería salir, y Emi con toda la paciencia del mundo esperaba, probaba de una forma, de otra, para un lado y para el otro.
Vuelta de cordón, mucho tiempo, y el bb q no podía salir, pensé » no me digas que después de tanto esfuerzo y tiempo termino en cesárea»
Y como venía el panorama, era casi seguro…pero no, esperaron, insistieron, y con todo el amor y paciencia del mundo, ayudaron a nacer a mi bb por parto natural.
Episio? Si, porque fue la única manera de ayudar a nacer a mi bb, sino no se hubiese realizado.
Le tenía pánico, y resultó ser nada. No la sentí, y a los pocos días ya me había olvidado que la tenía. Cómo dijo una médica que estaba en la sala de parto cuando me estaban curando » una obra de arte esa episio» y puedo confirmarlo!
Al otro día vino Emi a verme, me revisó y hasta calmó de los cólicos a Tomy. Me dió indicaciones de cuidado y me dijo que me veía en el consultorio en unos días, que saque turno.
Claramente con todo esto nuevo, el cansancio, sueño, etc me olvide del turno, y de todo lo que me había dicho.
A los 3 días me llega un mail con la fecha y hora del turno! Si esto no es seguimiento personalizado, no sé cómo llamarlo jaja.
Estoy más que agradecida por todo lo que hicieron, por tanta dedicación desde el alma, y por haberme dado la tranquilidad que tuve durante todo mi primer embarazo.
Pocas veces se tiene la suerte que yo tuve, de conocer y elegir a personas con un profesionalismo y corazón enormes.
Sin dudarlo, elegiría nuevamente a este equipo para un futuro embarazo!