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Romina Paludi

Hace un año, un día como hoy (3 de abril) preparaba mi bolso sabiendo que el momento había llegado. Alrededor de la semana 36 y pico empecé con síntomas de preeclampsia y mucho después de parir supe realmente lo complicado que ese cuadro puede llegar a ser.
En la última consulta Emi me notó más hinchada de lo esperable (ya para ese entonces yo me sentía un pez globo) y enseguida me mandó a hacer los estudios necesarios. Y ese resultado, sumado a una suba de mi presión (por la cual lo llame al celular desesperada y enseguida me atendió y me dió indicaciones) hicieron que nos citara a la suizo a la mañana siguiente para «ver cómo seguiamos»
Después de un control, nos instalamos y empezó la inducción (no tenía mi medio indicio de trabajo de parto). Emi nos espero, nos charlo, nos acompañó tal y como había hecho en todo el embarazo. Siempre monitoreando mi corazón y presión. Me sentí
tan contenida, jamás dude de absolutamente nada. Charlamos de viajes, de series, llegó Anahi y se sumó a la charla…todo muy divertido pero yo seguía sin medio indicio de parto. Finalmente, luego de más de ocho horas de intentar, fuimos a cesarea…tan cómoda estaba Juli que ni se había encajado. Y a pesar de no haber sido parto, mi cesárea fue totalmente respetada. Todos con la mejor onda (a pesar de que era un domingo a las 18 hs! Jaja) ayudaron a construir el mejor de los recuerdos…Emi se copo poniendo música desde su celu y fue así que escuchando revolution de los Beatles vi por primera vez al amor de mi vida.
Elegiría a Emi una y mil veces, por su calidez, profesionalismo, se nota que ama su trabajo y por sobre todas las cosas, sabe rodearse de un equipo de igual calidad.
Gracias Emi, Anahí y equipo! Seguro nos volveremos a cruzar