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La llegada de Toto

A un año de la llegada de Tobi repaso una y otra vez todo lo que vivimos y pienso que no pudo ser más hermoso y perfecto.
Si bien mi primer embarazo fue super bien y el parto también, no había sido del todo como lo soñé, una cesaría de urgencia me presentó a mi primer principito.
A la hora de encarar la búsqueda de mi segundo hijo, sabía que quería algo diferente.
Llegué a Emi por recomendación y comencé a atenderme por gineco, debo confesar que ni bien lo ví lo amé. Me acuerdo que lo primero que le dije fue “quiero tener una experiencia diferente”.
Un año de búsqueda y otra vez en el consultorio, no había novedades y por motivos femeninos no me pudo realizar el control. Tranqui me dijo Emi nos vemos la próxima con el test positivo.
Dicho y hecho al poco tiempo volví al consultorio, pero esta vez acompañada, por mi esposo Pablo y un porotito de 5 semanas.
Un genio como nos atendió y la paciencia que me tubo con mis millones de preguntas, por que si bien era mi segundo embarazo tenía mas miedos y dudas que el primero.
Me acuerdo algo puntual qué le pregunté sobre esos mitos de hacer fuerza, tenía miedo de levantar a mi nene mayor, Emi me dijo que no me preocupe y que haga vida normal, “vida normal, el embarazo es el estado mas sano de todos, es más, estas tan sana que estas embarazada”.
Este obstetra me encanta dijo mi esposo jajajaja.
Así fueron pasando los meses y Emi nos acompañó y trasmitió mucha paz, sobre todo transitando el embarazo en medio de una pandemia.
En uno de los controles allá por la semana 20, hablamos seriamente del parto, yo le abrí mi corazón y le dije que si bien había tenido una cesaría previa, que se había realizado por cuestiones de complicación del bebé, yo quería probar tener un parto natural, sabía que no me podían inducir, pero le pedí que por favor me den la oportunidad de ver como respondía mi cuerpo. Obvio priorizando el bienestar de mi bebé y el mío.
El lunes 10 de agosto a las 17:30hs rompí bolsa, sabia lo que era porque me había pasado lo mismo con mi primer embarazo. Enseguida la llamé a Anahí a quien le volví a recalcar, que por favor me den la oportunidad de ver como respondía mi cuerpo, que por el momento estaba con cero contracciones.
Gracias a Dios que preparó todo de la manera perfecta, Anahí nos hizo ir al Fino para controlarme y ya dejarme internada, mientras tanto ella y Emi se iban a atender una cesaría programada.
Durante el tiempo que me duché, me preparé y fuimos en el auto comenzaron las contracciones.
Al llegar, Ani me reviso y me dijo que el panorama era alentador. Nos quedamos en una sala de preparto, que la verdad era una belleza, super grande y cómoda. Ella se fue a la cesaría con Emi y me dijo que la llame cualquier cosa. A su vez me llamó y me mandó wasap para ver cómo iba todo.
Nos quedamos solos en la habitación con mi esposo, pusimos música con mi celu y entre contracciones, bailes, mi esposo que me filmaba y me controlaba el tiempo de las contracciones, risas medias nerviosas, yo tratando de describirle y explicarle los dolores pasaron tres horas, que la verdad me pareció como 5 minutos.
Llegó Ani y me volvió a controlar, su cara de alegría y el “guauuuu vamos a preparar todo”, fueron de las mejores palabras.
A los minutos estaba en la sala de partos, abría y cerraba los ojos porque no podía creer estar viviendo eso.
Todo un equipo de gente súper amable y cálida nos estaban esperando, desde el enfermero que me preguntó qué música quería que pusiéramos, la pobre Ani que se aguantó mis apretones mientras me ponían la peri, Emi con toda su tranquilidad, sentadito al costado de la camilla, hablándome con dulzura, dándome ánimo, recalcando lo bien que lo estaba haciendo, incluyendo 1000 a Pablo haciéndolo participé de todo lo que estaba pasando.
A las 00:50 del 11 de agosto llegó Tobi, ni bien salió Emi lo puso sobre mi pecho, ese calorcito, esa suavidad quedan grabadas en mi mente y mi corazón.
Fue la experiencia más hermosa y maravillosa.
Hoy a un año de este mágico momento, vuelvo a agradecerle a Dios por haber conocido a Emi y su espectacular equipo.
Que Dios los súper bendiga y los siga usando para acompañar a más familias.
Los queremos Rocio, Pablo y Toto.