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Juana Boyero

Hasta la semana 33.4 tuve el embarazo más sano y feliz que podría haber imaginado.
Todo empezó en San Andrés de Giles donde vivimos con Juan Pablo. Decidimos que íbamos a tener a Valentín en el hospital de acá. Todo indicaba que el embarazo iba a fluir y que no iba a ser necesario tener ningún tipo de asistencia especial tanto para mi como para nuestro hijo.
Después del primer trimestre decidimos que lo mejor, por las dudas, era tenerlo en un sanatorio en Buenos Aires que cuente con neonatología. Por eso, mi obstetra de ese momento me recomendó a un amigo llamado Emiliano Pucherman.
Con toda la confianza del mundo fui al consultorio de Emi y apenas lo vi me quede tranquila y supe que era el indicado.
Según dice mi tía, Emiliano es igual a mi tío cuando era joven y el cumplía los años el mismo día que nació Valentín. Puede parecer una casualidad pero no lo creo.
Valen nació el 17 de junio. Mi fpp era para el 31 de julio. Aguantó una semanita en la panza luego de que Emi me diagnosticara colestasis.
Hicimos todo lo posible para retenerlo (análisis de sangre, dieta totalmente libre de grasas) pero no fue suficiente así que ese lunes luego de sacarme sangre Emi apareció a los 20 minutos en el Finochietto y nos contó que Valen nacía en menos de una hora.
No puedo explicar lo fácil que fue todo. El equipo me hizo sentir tan segura que estuvimos riéndonos hasta minutos antes de arrancar con la cesárea.
Al ratito llego Valen y todo fue más hermoso aún.
Hoy agradezco a Emi y a todo el equipo de parte mía y de Juan Pablo.
No fue como lo esperábamos. No tenía ni mi bolso armado ni tuvimos parto natural pero luego de 24 días en neonatología y con 37 semanas Valentín Suárez Boyero llegó a casa. Fue difícil pero nos hicimos amigos de todos los otros papás y pudimos acompañarnos en los momentos de llanto y de alegría. Vimos cómo se iban de alta nuestros sobrinos de la neo y también despedimos a los que quedaban el día que nos íbamos.
Hoy vemos a nuestro hijo sano y agradecemos a cada persona que nos acompañó en su largo trayecto a casa.
Cuando nos animemos a regalarle un hermano a Valen, Emiliano será otra vez el indicado.