Conocí a Emi en los pasillos de la Suizo mientras explicaba lo importante que es darle herramientas a las madres para q decidan con información lo q es mejor para ellas.
Y desde ahí me quedó dando vueltas su nombre en la cabeza.
Así que estando a mitad de embarazo y con más dudas que certezas con el equipo que me atendía. Decidi sacar un turno e ir a verlo.
Ya en la primer consulta nos explicó todo lo q no entendiamos y Salimos chochos.
EMI era el obstetra que necesitabamos.
Cabe decir que entramos a su consultorio convencidos de ir a cesárea programada y Emi logro que soñemos con un parto.
Finalmente llegamos al 15 de abril, rompí bolsa a las 7 de la mañana y quedamos con Anahí en vernos a las 11 en la Suizo.
Sin dilatacion ni contracciones tuvimos que ir a cesárea. Peeeero yo le tenía pánico a la anestesia. Si. Pánico.
En la sala de preparto Anahí me puso el suero mientras charlabamos, vino el anestesista a conocerme e intentar calmarme (casi inundó la suizo a puro llanto) y Emi también pasó a contarnos todo lo q se venia.
Me llevaron a quirófano y yo lloraba a mares del terror que tenía. Emi me agarraba de un brazo, Anahí del otro y el anestesista hacia su trabajo y me explicaba todo. (Paciencia, contención y amor hecho momento)
Pasado ese instante, entro Leo a la sala, pusieron a Joaquín Sabina (el responsable del nombre de nuestro hijo) y a las 14:59 conocímos al amor hecho persona.
Voy a estar eternamente agradecida a este equipo por el respeto, el cariño y la paciencia que tuvieron con nosotros todo el tiempo.
No hay palabras que expliquen realmente lo bien que trabajan. Están en absolutamente todo y eso es lo que los hace únicos.
Gracias gracias y más gracias!!! Erika, Leo y Joaquín