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Cristen Bjerg y Federico Calducci

Llegamos a Emiliano en la semana 31 del embarazo, buscando a un obstetra que nos escuchara, que tuviera en cuenta lo que queríamos. Fue, por suerte, justo lo que encontramos…y más también.

Todo un equipo de trabajo enfocado en nuestra salud en vez de en las posibles enfermedades.
Las consultas con Emiliano fueron calmadas, espacios donde ir monitoreando que todo seguía bien.

El curso de pre parto un momento clave para entender cómo iba a ser el proceso, las señales a las que debíamos estar atentos y para clarificar las dudas que teníamos. Anahí fue un pilar enorme, gigante para atravesar el trabajo de parto: nos acompañó con seguridad profesional y una sonrisa en cada contracción, en cada segundo de esas seis horas. Ella hizo posible que la visión que teníamos del nacimiento de nuestra hija se hiciera realidad. Claro que también acompañó Denise, el anestesista que suavizó las contracciones cuando se hicieron más dolorosas, pero que estuvo siempre pendiente de cómo se desarrollaba la situación.
Y finalmente entre todos (y con TODOS nos referimos a Emiliano, a Anahí, a Denise y a nosotros como pareja, siendo que nos hicieron parte activa del nacimiento a los dos) sacamos a Libertad de la panza para disfrutarla ahora como la bebe sana y preciosa que es.
Gracias inifinitas a este equipo de profesionales, pero sobre todo, de personas!!